Hoy ha sido un día perfecto, en el sentido hobbit, entiéndase. Me he despertado al despuntar el mediodía, justo a tiempo para despedir a mis padres (que se han ido a Santander) pero lo suficientemente tarde para que no me diesen la lata. Como he estado solo en casa todo el día he comido a mi ritmo, unas 7 veces desde la leche con pastel de la una del mediodía a el colacao de hace un rato, a las 3:30 de la noche, mas o menos. El resto del jornal lo he dedicado a Homero (unas 100 pag es muchísimo para mi) A las 9:30 he salido al jardín a regar y a disfrutar del no-calor de esa hora mientras ordenaba mis pensamientos, que sobre verde se hace mejor.
Después he sabido de la visita del deiforme Fiondil a la divinal Ana (lo siento, es la emoción), lo que me ha puesto muy contento, pues mañana (o dentro de un rato mejor dicho) le veré, y es realmente gratificante la espectativa de saludar a un amigo inesperado (sobretodo si no viene a tu casa, cuando esta está patas arriba) Por la noche he estado viendo Troya, que sorprendentemente me ha gustado mas que cuando la vi en el cine.
En fin, sin entrar en mas detalles (que no me mola aquí) este ha sido un día hobbit de lo mas agradable, sin sobresaltos ni aventuras inesperadas, je je...